Es por culpa de una hembra
que me estoy volviendo loco:
no puedo vivir sin ella,
pero con ella tampoco.
Y si de este mal de amores
yo me fuera pa’ la tumba,
a mí no me mandéis flores
que como dice esta rumba...
Quise cortar la flor más tierna del rosal,
pensando que de amor no me podría pinchar,
y mientras me pinchaba me enseñó una cosa,
que una rosa es una rosa, es una rosa.
Y cuando abrí la mano y la dejé caer,
rompieron a sangrar las llagas en mi piel,
y con sus pétalos me las curó, mimosa,
que una rosa es una rosa, es una rosa.
Pero cuánto más me cura,
¡ay! al ratito más me escuece,
porque amar es el empiece
de la palabra amargura.
Una mentira y un credo
por cada espina del tallo,
injertándose en los dedos,
una rosa es un rosario.