Martes y trece de enero a las tres,
Caperucito Rodríguez Cortés,
va a la casita de su abuelita,
con leche y miel en una cestita.
Caperucito, que no es un tontorrón,
por el camino escucha un transistor,
si gana el Betis o empata El Ferrol,
que va la liga de mal en peor.
Va a casa de su abuelita Rogelia, wo, wo, wo
que le ha dado un paralís, wo, wo, wo, wo, wo, wo, wo, wo
que le ha atacado la reuma a las piernas wo, wo, wo
y hay que ponerla a hacer pis.
Su madre le dijo antes de partir:
Caperucito, por el bosque no has de ir,
anda con tiento y guarda temor,
que está al acecho la loba feroz.
Ves por la sombra y con precaución,
no cruces el bosque sin iluminación,
que allí se esconde la loba feroz,
que es un mal bicho y muy mordedor.
Va a casa de su abuelita Rogelia, wo, wo, wo
que le ha dado un paralís, wo, wo, wo, wo, wo, wo, wo, wo
que le ha atacado la reuma a las piernas wo, wo, wo
y hay que ponerla a hacer pis.
Caperucito le desobedeció,
y el muy travieso por el bosque se metió.
Cogiendo setas a discreción,
se dio de morros con la loba feroz.
¿A dónde vas, capullito de alelí con frenesí? wo, wo, wo, wo
¿A dónde vas, mozalbete tan galán con tu gabán? wo, wo, wo, wo
¡Ay, quédate!, te prometo el no va más de la pasión.
¡Ay, quédate!, te prometo una jornada de ilusión de ilusión
Caperucito en que lío se metió,
pues se casó con la loba feroz,
y la abuelita se quedó allí,
sin su merienda y haciéndose pis.
Va a casa de su abuelita Rogelia, wo, wo, wo
que le ha dado un paralís, wo, wo, wo, wo, wo, wo, wo, wo
que le ha atacado la reuma a las piernas wo, wo, wo
y hay que ponerla a hacer pis.