Esta mañana de paseo
con la gente me encontré,
al lechero, al cartero,
al policía saludé.
Detrás de cada ventana
y puerta reconocí
a mucha gente que antes
ni siquiera la vi.
¡Viva la gente!,
la hay donde quiera que vas.
¡Viva la gente!,
es lo que nos gusta más.
Con más gente a favor de gente
en cada pueblo o nación,
habría menos gente difícil
y más gente con corazón.
Dentro de cada uno
hay un bien y hay un mal,
mas no dejes que ninguno
ataque a la humanidad.
Ámalos como son y luchan
porque sean los hombres y mujeres
que Dios quiso que fueran.
Dentro de las ciudades
y también del interior,
los vi como un ejército
cada vez mayor.
Entonces me di cuenta
de una gran realidad:
las cosas son importantes
pero la gente lo es más.